Lo que más me gusta de MOE es que nunca dejas de aprender, el trabajo es muy variado y siempre puedes probar nuevas tareas. Me encanta poder trabajar al aire libre. También es genial poder plasmar tus pasiones e intereses en ideas que pueden hacerse realidad gracias a la colaboración de mis compañeras.
Se me recuerda como la chica a la que un zorro robó una bota en la Pedriza. Aparte de eso, para mí los encuentros con animales salvajes son siempre una gran emoción. Uno de los más memorables fue un encuentro con una cabra montés al amanecer, tras una noche de vivac en una cueva. Una emoción muy fuerte.
Para mí es una misión imposible elegir una canción. Soy una devoradora de música, sobre todo de la cantautoría italiana. Para presentaros a un artista italiano que adoro (entre los vivos jejeje) os diré ‘El Arca de Noé’ de Mannarino. Una canción en cambio que escucho mucho en la naturaleza y para mejorar mi estado de ánimo es ‘Respira’ de Natalia Doco. ¡Si alguna vez nos conocemos será un placer compartir música juntos!
No siento que un libro me represente en este momento, probablemente esté aún por llegar. Pero sí quiero compartir «El arte de amargarse la vida», de Paul Watzlawick, un libro que combina psicología y humor. Siempre es útil pararse a reflexionar sobre el modo en que a menudo contribuimos a nuestra propia infelicidad con comportamientos y pensamientos contraproducentes. Un buen recordatorio para entrenar la mente hacia la positividad.
Aparte de bromear sobre mi amor por la comida y las siestas (se necesita poco para hacerme feliz). En general dicen que soy una persona sonriente que cuida de los demás. Desde luego, lo tengo fácil en un entorno de trabajo tan estimulante y que me apoya tanto.